domingo, 19 de junio de 2011

Reflexiones de otro final de curso y sobre el intercambio de cartas.

Reflexiones a las 2 anteriores entradas o intercambio epistolar.

Tantos años reconocimiento individual de alumnos, padres y compañeros (casos referidos a estos alumnos ejemplo1 ejemplo2 ), pero no de esta manera, en pleno escenario fue una prueba muy fuerte para mi nuevo corazón. Es cierto que de la administración no puedo esperara agradecimiento, pero no trabajo por y para ella, trabajo por y para mis alumnos, y de quien quiero el agradecimiento y aprobación es de mi alumnos o exalumnos (exjugadores en mi relación con el Baloncesto), ya sea a la corta, ya sea a largo plazo.

Tantas reformas educativas, tantas teorías, tantos cambios, que nos hacen perder el rumbo. Pero si hay trabajos donde lo que antes se llamaba vocación es muy importante (un nuevo recuerdo para Carmen, enfermera de Cardiología Coruña) y en caso de relaciones con personas como es la educación es fundamental. El tratar a cada persona como una individual, no como un colectivo masificado en que se prejuzga sus actuaciones.

Hay cosas que se aprenden y cosas que se enseñan, puedo enseñar Matemáticas, informática... pero lo que son valores y la forma de ser, se transmiten mediante tu manera de trabajar. Como bien dicen los alumnos: “has luchado contra las adversidades como nos pides a nosotros que hagamos.”

Se habla mal de estos jóvenes, nada más desacertado que una generalización. Lo están probando con las movilizaciones de estos días, y lo veo por estos chicos que en su mayoría trabajaron duro y obtuvieron unos resultados acordes a sus posibilidades. Cada uno con posibilidades distintas.
Tenemos que recordar que los chicos de hoy en día gran parte de lo que aprenden es fuera del aula, e incluso fuera de la familia. La calle, las redes e internet forman parte de su mundo, son parte de ellos.

Los malos momentos que haya pasado los he perdonado, pero hay uno que me quedó marcado, cuando en víspera de 2 exámenes grandes e importes en 1º de Bachillerato un grupo se va de puente y vacaciones.

Los buenos momentos son muchos, pero lo mejor es que una gran mayoría siguió mis orientaciones de trabajar y no abandonar las materias, superarse con profesores y con materias. Las anecdotas son cuantiosas y mejor que cada uno se quede con las suyas.

Y para terminar la frase que me dijo una alumna de 4º de la ESO que fue al acto de despedida y me dijo: “como te quieren los alumnos” y yo añado, como quiero a mis alumnos, incluso a los que se fueron de puente en un mal momento. Los alumnos que ves que se están equivocando y no siguen las orientaciones.

Soy un privilegiado por estar rodeado de estos chicos, de cariño y mientras llega el futuro, seguiré siendo feliz.

1 comentario:

María dijo...

Estimado Profesor:
Después de presenciar el grandísimo afecto y cariño que te profesa todo el alumnado de IES As Lagoas y después de haber leído las misivas intercambiadas con 2ºA. Yo, como madre de uno de eses alumnos, no puedo dejar pasar este hecho sin más, que me lleva a reflexionar sobre los seis años de “maduración” y formación en mi hijo.
Por un lado, ese PROFESOR (con mayúsculas), Vicente “Nino”, ese adulto que ha sabido contactar como nadie con los chavales, ha sabido entender, aconsejar, formar, …, en definitiva hablar y escuchar, pero dejándolos crecer y equivocarse. Por eso, y estoy segura de ello, esta generación jamás te olvidarán.
Por otro lado, ellos, los ALUMNOS (también con mayúsculas), eses “diablillos” que están forjando su futuro, con inquietudes, aciertos, fracasos, triunfos, ambiciones, preocupaciones, reivindicaciones, … en definitiva su vida. A pesar de aquellos adultos que los consideran “pasotas”, egoístas, insolidarios …..
Loa padres, nos sentimos orgullosos de ellos por sus logros académicos, pero sobre todo por su evolución como personas, y a quien jamás olvidaremos es a ese “adulto-niño” que ama su profesión y sobre todo cree en la formación de personas.
Lo más grade en esta vida es hacer lo que realmente te gusta, creer en ello y sentirse orgulloso por ello. Vicente, mi más sentido agradecimiento por todo; por estar ahí, a su lado, en los momentos difíciles y también en los alegres.
Ten por seguro que tus pupilos no te olvidarán, y para nosotros, sus padres, siempre formarás parte de nuestras vidas. Por todo ello, GRACIAS.