El otro día comentaba con una compañera que tiene dos niñas de 3 y 5 años, que son un pequeño tormento, y concluye: “bueno en realidad cada edad tiene sus problemas”.
Pegando un salto en la edad, a chicos de 4º de la ESO, que son 15-16 años. Lo primero señalar, que esta edad no es lo mismo que en cuando nosotros teníamos su edad, ni es lo mismo que hace unos años. Los tiempos cambian, se mueven de modo continuo. Pero sigue unas constantes a lo largo del tiempo. No soy especialista, aunque pueda que sepa más que muchos que son especialistas. La casuística es muy grande, intentar clasificar a los chicos en 2 o 20 tipos, es un error, Cado uno es una persona distinta.. El otro día me encontré con una alumna, buena estudiante, guapa y seguro que con un gran futro. Observo que parece que está enfrentada con el mundo (esto es una de las constantes en esta edad), y en un momento me dice:“estoy muy quemada, …. seguiré esperando al día en el que una sonrisa sea la cura de cualquier enfermedad y de las desgracias sociales ”
La frase es bonita, pero en las circunstancias muestra un poco de desesperanza. Y le comento una experiencia vital que me recordó la frase.
Una sonrisa y la actitud ante la vida no te cura una enfermedad. Yo tenía el corazón estropeado (miocardiopatía dilatada) y no se puede arreglar con una sonrisa. Tienen que arreglarlo los profesionales (en este caso los médicos y con un trasplante de corazón).
Pero en la recuperación te ayuda la manera de enfrentar la vida, con esperanza, con ganas y una sonrisa a los demás y de los demás hacía a ti. Estaré siempre agradecido al trato del personal del Canalejo.
Un inciso en el tema: un debate cuando se realizaron los primeros trasplantes era si el corazón le haría ser como la persona que tenía el corazón. Fue una tontería como un piano. Lo que te hace cambiar es lo que vives, las emociones en la UCI, los nuevos encuentros y experiencias concretas como la siguiente que voy a relatar, y que le contaba a mi alumna.
En fin, cuando subo a planta después de unos días en la UCI, recién trasplantado, uno de los compañeros de habitación era un chico de 28 años con 9 años que llevaba trasplantado. Este chico tenía que pasar cada 3 meses, 15 días ingresado para hacerle una limpieza de sangre completa. Para ello le metían un ‘tubo’ por la pierna y en esos 15 días no podía moverse de cama e iba a las maquinas todos los días, durante toda la mañana. Era diabético de alto nivel. Desde luego no se puede decir que sea la mejor de las situaciones, no es un modelo de vida que uno escogería.
Este chico en estos 9 años se había casado tenía 2 hijos y estaba esperando un tercero. Trabajaba vendiendo cupones de la ONCE por Vigo, y como tenía que hacer dinero para mantener a la familia, se movía por todo el entorno, llegando incluso a la Isla de Arousa.
Pues bien, en esas circunstancias la alegría que tenía este chico era constante, siempre con una sonrisa en la boca, alegrando la habitación, con una palabra agradable para todos, con ánimos para los recién llegados, con un trato especial con las enfermeras. Y piensas, ¡!de que me puedo quejar!!, es más, ¡!nadie debería quejarse!!… En definitiva, me estaba enseñando una manera de vivir.
Si antes lo tenía claro, con esa lección aprendí que como tenía que ser lo que me quede de vida. No se cuanto voy a vivir, no se que calidad de vida voy a tener, pero se que lo voy a disfrutar, para mi y para mi entorno. La sonrisa y el trato de vida lo tomo como referente. Y seguiré haciendo las cosas que hago, mientas pueda hacerlo y cuando no pueda hacerlo, estaré en otra vida. Seguiré repartiendo vida, y vida es sonrisa, vida es esperanza.
Esto le iba indicando a la chica, y que aproveche, que cuando más se disfruta de la vida es cuando se es joven, porque se vive más intensamente, las ataduras son menores, aunque de momento nos parezcan un yugo insoportable.
De manera que una sonrisa y la actitud ante la vida, no cambian grandes cosas, pero si cambian tu entorno y tu percepción de la vida. Y si todo el mundo tomara esta filosofía de vida si cambiaría el mundo. Pero esto sabemos que no va a ocurrir.
No se si fue mucho ‘royo’ el que le largué y se le servirá de algo, si le servirá en algún momento, pero mi camino como repartidor de vida y esperanza, seguirá. Los frutos, no lo sé, el tiempo. Mientras llega, con que yo soy, soy feliz.
1 comentario:
Fermoso post cargado de vida.
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