miércoles, 3 de junio de 2009

Diario de revisión de biopsia

Hacía 2 años y 3 meses que no estaba hospitalizado en el Juan Canalejo. Ahora debido a un cambio de medicación, siguiendo el protocolo establecido tenía que terminar con una biopsia. La biopsia te meten un tubito por la vena femoral y te extraen entre 5 y 8 muestras del corazón del ventrículo derecho y de la zona entra los ventrículos. Estos datos los se porque soy un gran curioso y siempre que puedo y me dejan realizo las preguntas que considero oportunas.

Esta vez la hostalización fue en la parte nueva, que no conocía y que en general está en muchas mejores condiciones que la anterior. Como todo hospital está en constantes obras. Ahora en el ala de Cardiología Vascular hay más habitaciones, lo que permite que sean todas de diseño doble, aunque casi la mitad son utilizadas como individuales.

Como en sitios que frecuentas de manera periódica, el tiempo trasncurre de otra manera. El enfermero en recibirme fue Pepe, el único hombre de todo el equipo de enfermeras, que bien me conoció o se espabiló darse por conocido y ya entablamos las primeras conversaciones para pasar el rato. Esto en el ingreso del lunes día 1 a la tarde.

En la habitación doble coincidí con señor de Cedeira (Pepe) pendiente de una operación de válvulas que se la realizarán el miércoles. Una persona amable, agradable con la que intercambias charlas, evidentemente, sin gran profundidad. Lo veo muy tranquilo, recuerdo otras personas pendientes de esta operación con muchos más nervios.

Por la noche en el cambio de turno vuelves a recordar y saludar a las enfermeras y auxiliares, y vuelvo a recordar la rutina hospitalaria. Termómetro, tensión y cuando parece que has terminado y ya tienes el primer sueño… entrada una pastillas para el vecino.

A las 6 de la mañana viene la enfermera para darme las pastillas de la biopsia (4 para tomar cada 6 horas) y el valium para cuando baje a realizar la biopsia. Viene acompañada de encender la luz y el pinchazo para la extracción de sangre para la analítica. A las 6:45 llega la auxiliar para hacerme la cama, lo que significa que me tengo que duchar y preparar para bajar en cualquier momento.

Después de la ducha me vuelvo a la cama y con la radio vas mezclando sueños y noticias, cuando de repente o sorpresa, la celadora (otra conocida de anteriores ocasiones) me comunica que tengo que bajar. Eran las 8:15, nunca había bajada tan temprano. Me acelero a tomar las pastillas y bajar las de media hora después con la botella de agua. Siempre digo, que si tengo que ir al lugar de Hemodinamica (donde hacen estas pruebas de cateterismos, biopsias, …) no se ni donde está, porque te llevan en la camilla. Lo único que noté que el paseo duró menos que otras veces.

Lo que no falla es la espera (acostado) a la puerta, te avisan amablemente y empiezan todo el protocolo de actuación, entre el que incluyen el regado con Betadine de la zona donde pinchan (en la ingle), no hay más dolor que el pinchazo inicial de la anestesia. Terminas y te realizan el camino de vuelta. Hay que esperar 2 horas para leventarse.

En este rato por la habitación se hizo rápido por el transcurrir de gente: la auxiliar, que como era de un pueblo próximo al compañero de habitación estuvimos hablando como 10 minutos de diversos temas (siempre referidos a enfermedades), pasa la limpiadora de Puentedeume de los más agradable y hablando de marisco y lugares de la costa donde hablar. Era unha Muller nova de costa, brava e dura. Después pasa el Doctor de mi consulta, pues bueno, una rapaz que conocí con 2 años ya que es hijo de un amigo mío, no hablamos demasiado porque andan apurados. Además dio por supuesto que yo lo tenía que saber todas las opciones (la verdad, acierta). Después pasa una chica de 19 años trasplantada hace 6 meses venezolana que también había venido para una biopsia, e intercambiamos opiniones sobre el trasplante, la frecuencia de visitas, como está Venezuela.

Mas tarde hablo con un trasplantado que llevó un golpe y rompió las costillas y le estirparon parte del colon. Trasplantado en Barcelona y ahora vivía en Cambre (al lado de A Coruña), por lo que era atendido en este Hospital. Una prueba más de los trasplantados somos unos enfermos que nos tratan como privilegiados. Nunca he tenido queja del trato por parte de las personas que trabajan en la Sanidad Pública. Además yo por mi enfermedad, trato con personas dedicadas de verdad a la Sanidad Pública (y este no es el debate ahora).

A partir de la comida del martes el tiempo empieza a ser más largo. No tienes nada que hacer, salvo las rutinas de temperatura y tensión arterial. Ya no llevaba muchas esperanzas de salir el martes, y según van pasando las horas se van desvaneciendo. No preguntas, no hay a quien preguntar y que pueda responder. Pepe, el enfermero me pregunta a mi, seguimos pasando la tarde y con el portátil me pongo a escribir estas notas.

Me sigue sorprendiendo la calma con que D. José (mi compañero de habitación) en la espera de la operación. Con la merienda hace la última comida ya que lo operaran mañana miércoles sobre las 12 horas. Es previsible que se pase la tarde en la UCI y no empiece con dieta blanda hasta el jueves. Lo admite, aunque se acuerde del pulpo de Carballiño e da Cachucha que podíamos merendar.

Le vienen las visitas a D. José, familiares y la mujer, y un trasplantado de hígado, que es el típico enfermo que: mi operación fue la más difícil, yo caminó más que nadie, soy el mejor en la pesca… bueno otra manera de sumar minutos a la tarde.

Traje el portátil, pero no hay conexión a Internet, con lo que me conformo con escribir. Esto permite a mi blog avanzar en el número de entradas. Paso la tarde esperando lo que no llega, paseando por el pasillo (son pasillos tranquilos, no son la feria que se ve en Ourense), escribiendo en el ordenador, practicando algunas cosas de ordenador, viendo algún video.

Pero llega un momento cuando el tiempo no pasa, o pasa rutinariamente. A mi vecino ya no le traen la cena y le empiezan con los botellones, ese es el nombre que le he puesto a las distintas botellas que te ponen mediante vía a través de la vena. Será su alimentación y dosis de drogas, supongo que durante 2 días.

Pasa la noche con una cierta tranquilidad, y llega la mañana de la impaciencia, la mañana en que esperas que te den de alta. Ducha, desayuno, charlas, paseo y cuando son las 10:30 con una celadora a hacer una placa. De lejos me encuentro al Doctor y le digo, a la vuelta “o me echas fuera o me voy”, a lo que me contesta “ya veremos”.

La placa bajamos 3 personas guiadas por la celadora, una señora gruñona en silla de ruedas y otra señora más joven que mañana jueves día 4 le harán una operación de aorta y de una válvula. La espera habitual de cerca de 1 hora, lo gruñidos de la señora mayor, y la celadora que cumple su trabajo para subirnos a la planta.

Esta es la mía, se cruza el Doctor y me lo atraigo, para decirle que hay que irse, a lo que me contesta: “ tienes un rechazo de grado 2 en nivel de 4 (no se si empieza en 0 o en 1), tenemos que hacer un ecocardio para comprobar que está bien en cuyo caso ya te marcharás. Si la eco no da bien tendrás que quedarte para ser tratado”.

Sobran comentarios, mosqueo, cabreo y paciencia. ¿La eco cuando me la hacen?, procuraré que sea por la mañana, pero hay mucha gente y ya te pasarán a avisar. El lugar de la eco está al lado y voy paseando (aún no son la 13 horas) y no hay nadie esperando. Son unas salas donde hacen varias pruebas, pero ya empiezo a hacerme a la idea de quedarme otra noche más.

Llega la comida y cuando llevo media comida hecha, aparece un celador que ya conozco de otras veces para llevarme a la eco. Me hace la ecocardio una chica guapa y morena y no detecta nada, y manifiesta que se encuentra el corazón en buen estado de funcionamiento.

Termino de comer, intercambio opinión con la enfermera, que dice que a la tarde me marcharé. Pero yo he aprendido en estos sitios a no ser optimista, y si tengo que quedarme una noche más, pues habrá que hacerlo.

Lo que tiene que hacer ahora, según palabras del doctor, es reajustar la medicación, y mi duda es si este joven médico está facultado para reajustar el tratamiento. Una de las dos doctoras titulares está de baja por un golpe en las costillas.

Nuevo tiempo de espera, mi compañero de habitación en estos momentos estará en plena operación. Espero que todo le vaya bien. Voy a descansar un rato….. jajaja. Son las 14 horas y 20 minutos.

La auxiliar decide hacer la cama, y piensa lo mismo que yo, como tiene que cambiarme el tratamiento, y la Doctora Crespo hoy no está, es posible que hoy no tenga el alta, ya que los chicos que la sustituyen siguen su protocolo (esto es de mi cosecha) pero no creo que puedan tomar decisiones.

De repente se precipitan los hechos aparece el doctor y me pregunta si me hicieron la eco, le digo si y el informe es positivo. Comenta que irá a preparar el alta. Al cabo del rato aparece con la documentación (simple) de alta y revisión de mes en mes. Le pregunto que significa rechazo de grado, después de volver aclarar que hay grados desde 1 hasta 4, insisto e su significado y me comenta que se encontraron células infectadas. Le pregunta si hay células muertas y me comenta que eso es en el rachazo de grado 3 o 4, y que el tratamiento es más agresivo. Despedida del Doctor, que ya nos veremos ya que joven quedará en trasplante.

Total que comienzo a hacer la bolsa de retorno, despedida de las enfermeras y de Pepe el enfermero, en hasta la próxima. También toca pasar por la UCI donde están la mujer e hijos de Pepe esperando mientras le realizan la operación. (que acabamos de llamar y salió todo bien).

Bueno otra revisión más con un cierto sabor agridulce y un impás de espera y reflexión.

Seguimos y la vida sigue

1 comentario:

Ro dijo...

Cuantas vivencias para ser en un hospital.

Espero que todo te vaya perfecto; que desde que no nos gritas...las pachangas de baloncesto han perdido mucho.

Por cierto, y dado tu optimismo; por si no lo has leido y te apetece...El Mundo Amarillo de Albert Espinosa es un libro que refleja muchos aspectos de forma positiva, casi tanto como la tuya