jueves, 21 de octubre de 2010

Trio de Guitarras con fotos espectaculares

Del disco de Lee Ritenour's de título “6 String Theory” el tema de título "68" en el que intervienen Stev Lukather, Neal Schon y Slash. Las 3 guitarras suenan, por un canal, por otro canal, por los 2. Si te gusta la guitarra eléctrica, rock o Jazz, escúchalo.

Si quieres las imágenes en HD, que son espectaculares, tendrás que ir a youtube. Las imágenes son cogidas de internet.

Hasta este tema llegué un día navegando por internet, como hago en pocas ocasiones.

En una de estas llegué al video de la izquierda, una página que no conocía y un sonido que me impactó.

El disco entero merece la pena, pero yo lo catalogaría en el apartado de Jazz, aunque tiene de todo.

Es solo música, pero merece la pena.

viernes, 8 de octubre de 2010

Autumn Leaves Eric Clapton


The falling leaves
Drift by the window
The autumn leaves
Of red and gold


I see your lips
The summer kisses
The sunburned hands
I used to hold

Since you went away
The days grow long
And soon I'll hear
Old winter's song

But I miss you most of all
My darling
When autumn leaves
Start to fall

Llegó el Otoño con sus días decrecientes (en política=crecen negativamente), sus días de lluvias, esas largas noches y todo ello es la antesala del invierno. Es la maravilla de vivir en una zona geográfica con cuatro estaciones. Con el otoño llega también el colorido de las hojas, LAS HOJAS DE OTOÑO, la caída de la hoja, y este año también llegó un disco de Eric Clapton FANTASTICO. De un tema clásico como Autumn Leaves hace un versión que merece la pena oírse. En este caso lo acompaño de fotos de internet, no todas de otoño, pero que componen una bonita imagen.

domingo, 3 de octubre de 2010

Colegio Mayor Gelmírez: Los tiempos evolucionan

Una relación de anécdotas e historias variadas en relación con el Colegio Mayor son muy amplias, además de las que quedan olvidadas, y puede que rescate alguna en otra ocasión. Ahora solo quiero hacer resaltar una diferencia de los tiempos, ahora es un centro mixto que en aquellos eso era impensable, incluso para hacer fiestas, como carnavales, además de los permisos correspondientes, el horario era muy acorde con el momento. La otra historia era la hora de cierre, las puertas se cerraban a las 12 de la noche, con lo cual ya sabías lo que ocurría, pero no significa que no hubiese alternativas. Veamos una evolución en los 5 años.


En el primer año lo que predominaba era la subida por las dobles. Las dobles eran unas habitaciones situadas en el primer piso en una esquina del edificio orientada al norte y a un descampado. He cogido esta foto de la web, ya que aunque eso era un descampado las dobles son las habitaciones del 1º piso que se encuentran al fondo. Lo que no recuerdo es ese saliente.


La técnica era muy sencilla se trepaba en la planta baja por la reja de la ventana y desde una habitación (con mucha frecuencia la mía, ya que era la más alejada de todas) se tiraba un manta y a trepar por ella o en muchos caso a tirar como si de un saco se tratara. Esta era utilizada para las llegadas tardías y también en la época final de curso cuando estudiábamos por la noche para bajar sobre las 3 de la madrugada para ir a por pan fresco en una panadería que había al lado, los trepadores venían cargados y luego tocaba el reparto del pan por las habitaciones. Dicen que es malo, pero meterle al pan caliente recién salido del horno unas barras de chocolate, está de vicio.


Lo pienso ahora y puede ser un poco de locos, o mejor de la edad, ya que alguno que subía no lo hacía en las condiciones físicas adecuadas, pero nunca pasó nada que afectara a la integridad física de las personas. Esto es un reflexión para tanta prevención que se ve ahora, que está muy bien, pero a veces nos pasamos, sobre todo con los niños.


Especial mención merece un episodio que debería permanecer en la historia de la residencia. El retorno de las fiestas de la Asunción a finales de mayo aproximadamente, la llegada de la verbena fue excesivamente numerosa y se aplicaba el procedimiento habitual, y a la salida de las dobles estaba el Sr. Director tomando lista, y en momento dado entra en la habitación en la que me encontraba ayudando y a un amigo lo coge justo con un pie de cada lado de la ventana. Lo que se diría, cachada en toda regla, y todos citados al día siguiente en el despacho. Dos personas consiguieron escapar, pero D. Marcelino, que así se llamaba el Director, cogió su coche 124 rojo y en la bajada de Pelamios los invitó a subir al coche y a su despacho al día al siguiente. Las sanciones terminaron con la expulsión de estos dos últimos y llamada de atención general.


En otro año empezaron a circular llaves de la entrada principal, pero como es lógico eso duró muy poco, por parte del hábil y sigiloso Sr Director fue pillando rápidamente y se terminó esta circulación de dichas llaves.


Siendo ya más veterano, tuve en mi poder durante 1 curso una llave de una puerta poco conocida (que sale en la foto) y que mantuvimos en secreto entre un grupo. Esta llave en lo que yo tengo conocimiento nunca fue descubierta. Esta llave la heredé de un veterano y a su vez se la pasé a otro. Al año siguiente, con Franco ya bajo 500 toneladas de peso, se le podía pedir la llave al Director, mediante justificación y así poder salir.


Ya en el último año que estuve en la residencia fui nombrado decano y además de otras labores tenía llave en mi poder de manera oficial, con lo que tenía libre circulación y que podía ceder bajo mi responsabilidad a otra persona y ser usada, sin más condición que ser comunicada a la Dirección por si pasaba algo.


Ahora el centro es mixto, pero no revuelto (como me comunica una colegiala actual) con hora de entrada hasta las 2 y si es posterior con firma para que quede registrada a efectos de conocimiento.


Y repito una frase en contraposición con la que decimos habitualmente: “todo tiempo pasado simplemente fue anterior”

Colegio Mayor Gelmírez en el recuerdo

Estos días me encuentro que exalumnos y exalumnas están en el Colegio Mayor Gelmírez de Santiago, lugar en el que residí durante mi estancia en Santiago durante los estudios entre enero del 74 (soy de los que llamo la generación de los genios o los del año académico juliano) y julio del 78. Durante mi caminata diaria para hacer ejercicio, me hizo recordar este período de tiempo y las múltiples vivencias durante casi 5 años, los amigos con los que mantengo relación y con los que la distancia y el tiempo hace que no sepa de ellos.

La primera impresión al entrar en el colegio es fuerte con 17 años (1 menos que en la actualidad) llega un chico de provincias, casi de pueblo a un centro tan grande, con gente tan mayor, y esto no es broma, ya que de aquellas había un grupo de veteranos que llevaban sus 10 y más años en la universidad (las carreras típicas de estos alumnos eran Medicina y Farmacia, por motivos obvios) y con una las novatadas, que nunca había oído hablar de ellas. Las novatadas que te mantienen en tensión y te hacen conocer a mucha gente en poco tiempo, los aliados (novatos como yo) y los contrarios o veteranos que en poco tiempo ya formarán parte de tu vida.

En esta época aprendí muchas cosas, no solo de Matemáticas, en un mundo donde la información no circulaba a la velocidad actual y aprendes de todo el mundo, de todos los compañeros que proceden de distintos lugares, de distintos caracteres, con distintas presencia en la vida del Colegio y que estudian distintas carreras de las que aprendes algunas cosas y sobre todo la diferencia de ritmo de estudio.

En esta época donde la información llegaba a cuenta gotas, lo poco que íbamos aprendiendo lo comunicábamos. Son tiempos de movimientos de izquierda, de las drogas ilegales, de la música distinta. Voy a poner un ejemplo de la música, pasar de la música que oías en la radio y en algunos lugares, a descubrir desde Frank Zappa a The Doors, copiando cinta, de cinta, de cinta de alguien que tenía un vinilo que se lo habían prestado y había conseguido hacer una copia. Honradamente, conservo alguna, hay grabaciones que no hay manera de escucharla. Es una época en la que vives con intensidad las múltiples actividades que hay en la residencia, unas en las que colaboras, otras en las que participas y otras que pasas. Pero siempre hay gente interesada en algo que quiere mostrar y enseñar. Recuerdo actividades en las que se implicaba a todo a casi toda la residencia. En definitiva que era una vida muy intensa, creativa y con gente muy dispar.

Como antiguo residente solo la visité una vez entorno a los años 90 en una fiesta de antiguos alumnos y después de ver parte de la evolución física del centro, lo que comentamos con los más recientes salidos del Colegio Mayor es que la vida ya no era la misma, esa componente, llamémosla de socialización (vocablo muy de la época), se había perdido y cada uno iba más a su propio mundo. Desde aquella no tenía información hasta este contacto con exalumnos que compartimos esta residencia en común y que en alguna ocasión comentaremos la evolución y la diferencia.

La foto que acompaña es la única que conservo de la época, estaba en mal estado y tuve que recuperarla como pude con el Photoshop. Evidentemente era durante un partido de baloncesto en las pistas del Colegio y dado el tamaño de la foto creo que debía haber un grupo de fotografía, y yo todavía no había llegado a ella. Por cierto en un recorrido por las fotos de la web del Colegio Mayor he echado en falta una foto de la pista de baloncesto.