domingo, 3 de octubre de 2010

Colegio Mayor Gelmírez en el recuerdo

Estos días me encuentro que exalumnos y exalumnas están en el Colegio Mayor Gelmírez de Santiago, lugar en el que residí durante mi estancia en Santiago durante los estudios entre enero del 74 (soy de los que llamo la generación de los genios o los del año académico juliano) y julio del 78. Durante mi caminata diaria para hacer ejercicio, me hizo recordar este período de tiempo y las múltiples vivencias durante casi 5 años, los amigos con los que mantengo relación y con los que la distancia y el tiempo hace que no sepa de ellos.

La primera impresión al entrar en el colegio es fuerte con 17 años (1 menos que en la actualidad) llega un chico de provincias, casi de pueblo a un centro tan grande, con gente tan mayor, y esto no es broma, ya que de aquellas había un grupo de veteranos que llevaban sus 10 y más años en la universidad (las carreras típicas de estos alumnos eran Medicina y Farmacia, por motivos obvios) y con una las novatadas, que nunca había oído hablar de ellas. Las novatadas que te mantienen en tensión y te hacen conocer a mucha gente en poco tiempo, los aliados (novatos como yo) y los contrarios o veteranos que en poco tiempo ya formarán parte de tu vida.

En esta época aprendí muchas cosas, no solo de Matemáticas, en un mundo donde la información no circulaba a la velocidad actual y aprendes de todo el mundo, de todos los compañeros que proceden de distintos lugares, de distintos caracteres, con distintas presencia en la vida del Colegio y que estudian distintas carreras de las que aprendes algunas cosas y sobre todo la diferencia de ritmo de estudio.

En esta época donde la información llegaba a cuenta gotas, lo poco que íbamos aprendiendo lo comunicábamos. Son tiempos de movimientos de izquierda, de las drogas ilegales, de la música distinta. Voy a poner un ejemplo de la música, pasar de la música que oías en la radio y en algunos lugares, a descubrir desde Frank Zappa a The Doors, copiando cinta, de cinta, de cinta de alguien que tenía un vinilo que se lo habían prestado y había conseguido hacer una copia. Honradamente, conservo alguna, hay grabaciones que no hay manera de escucharla. Es una época en la que vives con intensidad las múltiples actividades que hay en la residencia, unas en las que colaboras, otras en las que participas y otras que pasas. Pero siempre hay gente interesada en algo que quiere mostrar y enseñar. Recuerdo actividades en las que se implicaba a todo a casi toda la residencia. En definitiva que era una vida muy intensa, creativa y con gente muy dispar.

Como antiguo residente solo la visité una vez entorno a los años 90 en una fiesta de antiguos alumnos y después de ver parte de la evolución física del centro, lo que comentamos con los más recientes salidos del Colegio Mayor es que la vida ya no era la misma, esa componente, llamémosla de socialización (vocablo muy de la época), se había perdido y cada uno iba más a su propio mundo. Desde aquella no tenía información hasta este contacto con exalumnos que compartimos esta residencia en común y que en alguna ocasión comentaremos la evolución y la diferencia.

La foto que acompaña es la única que conservo de la época, estaba en mal estado y tuve que recuperarla como pude con el Photoshop. Evidentemente era durante un partido de baloncesto en las pistas del Colegio y dado el tamaño de la foto creo que debía haber un grupo de fotografía, y yo todavía no había llegado a ella. Por cierto en un recorrido por las fotos de la web del Colegio Mayor he echado en falta una foto de la pista de baloncesto.

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