En 3 días consecutivos tuve tres encuentros, propios del tiempo y del destino y con distintos sabores. Empezando por el encuentro de mal sabor, una ex-alumna y que seguí relacionándome con ella a través del baloncesto, la volví encontrar después de una serie de encuentros propios de nuestras visitas hospitalarias. Después del trasplante, hace casi tres años me encuentro con ella y me comenta que tiene un cáncer de mama y en tratamiento de quimio. En nuevos encuentros, estos malditos bichitos parecían controlados, pero en nuevo encuentro en el Complejo Hospitalorio, iniciaba una nueva sesión de quimio, ya que había unos nódulos localizados.
Después de un tiempo sin verla, el otro día, de nuevo en complejo hospitalario me la encuentro y me comenta que está en nueva sesión de quimio y que le estirparon las dos mamas. Noticia que me golpeó, me impactó y solo me queda decir:
- Suerte
- Y pelea a tope.
La parte bonita del destino me la encuentro el día anterior, que me encuentro con antiguo jugador de baloncesto que entrené, y que en la actualidad es Doctor en Físicas. Estuvo en un curso en UCLA y me se acordó de un juego que hacíamos que llevaba el nombre de esa Universadad, por ser creado por John Wooden, entrenador de ese equipo. Pues bien, se acordó y me trajo un libro de este entrenador (en inglés). No es tanto el valor de libro como el detalle.
La vida es así, como las olas del mar, como la ondas que transmiten los sonidos, van y vienen.
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