martes, 24 de agosto de 2010

Juan Gervás médico rural hablando de la medicina actual

NO HAY ENFERMEDADES, SINO ENFERMOS from ALISH on Vimeo.

Interesante entrevista al Doctor Gervás que nos da una visión de la sanidad pública distinta, un punto de vista que comparto en muchos aspectos.

Indice distribuido por minutos
m 0: Presentación del Dr. Gervás resumen biografía
m 5: Carta de presentación para los pacientes
m 8: los visitadores médicos
m 13: ordenadores en la consulta
m 19: una muerte digna
m 23: enfermedades imaginarias
m 25: la prevención
m 27: movimiento mundial NO GRACIAS
m 32: no hay enfermedades, sino enfermos

lunes, 23 de agosto de 2010

A Costa da Morte


Este verano también hice otro viaje en el tiempo a una parte de la llamada Costa da Morte en Galicia. Sin duda de los lugares más preciosos de España (y parte del extranjero que diría el otro). Mi primer viaje por esos lares fue en el año 1981 viajando en un mini y con un saco de dormir. Fueron 7 noches desde Ribeira hasta Coruña, que es ampliar el concepto de Costa da Morte habitual que va desde Muros hasta Malpica.
El viaje fue de acuerdo a la época y a la edad, con unos libros que acaban de salir en gallego no normativo “Galicia Enteira” que todavía conservo y que posteriormente fui completando.

Había optado por no llevar tienda de campaña, todavía no había las pequeñitas y ligeras actuales que se montan en un momento, y por ello dormí casi todos los días en la playa o en los pinares próximos a ella. Los paseos al anochecer por las playas solitarias viendo los últimos rayos sol son de difícil olvido, o al menos están mi mente de una manera que parece real

Típico de mis recorridos por las rías es perderme por las carreteras y caminos, sin señalizar intentando encontrar un dolmen o una playa de difícil acceso. En uno de estos caminos encontré una pareja de jóvenes con la que hice el resto del camino. Ahora hasta hacíamos fuego por la noche en la playa

Por la zona he vuelto en varias ocasiones, pero ahora con más comodidades y con un recorrido menos amplio. Esta vez hicimos el tramo Camariñas-Malpica. Puedo decir que ahora hemos comido mejor, pero no es cierto del todo, de aquellas comías mucho más barato incluso algo de marisco.

Las rías y sobre todo las Rías Altas siempre me sorprenderán, cuando te pierdes por un camino y por fin llegas a sitios en tiempo desiertos, pero hoy dejémoslo en poco concurridos y tranquilos, sobre todo en comparación con las Rías Bajas. En esta ocasión destaco dos sitios la Playa Balarés con orientación sur y la zona de Barizo, con su puerto, playas y nuevo faro de Nariga.

Pero hay varias cosas que en mi mente no están igual. La primera el Monte Blanco en Ponteceso, mi memoría lo tenía casi completamente blanco y espectacular, es decir, una duna hecha montaña, ahora mantiene el nombre y parte la duna, pero está llena de vegetación. La segunda la ruta por la costa de Camelle a Cabo Vilán (Camariñas), una de las rutas más bonitas y espectaculares que recuerdo. Ahora solo la hay desde el Cementerio de los Ingleses a Cabo Vilán. La tercera (y se ve en la foto) es la montaña del Areal del Trece tenía más arena, y de esta tengo una foto en el libro que lo corrobora, no es un buena foto pero me confirma mi memoria.

Sin duda un sitio para volver, un sitio que la gente está descubriendo, hay más gente, más lugares para dormir, más lugares y más caros para comer, un sitio donde el porcentaje de extranjeros es superior al de las Rías Bajas, y esa es una constante que se mantiene.

La ruta 66


La ruta 66 es la mítica ruta de Chicago a los Ángeles, unos 4000 km que fue reflejada en la música por Chuck Berry, Rolling Stones, básíca en uno las novelas importantes de USA en de este siglo, On The Road de Jack Kerouac (hasta hay grupo en Facebook) y refleja ese alma una película de culto de la época final hippy "Easy Reader".

Pero en España tenemos nuestra ruta 66, mejor dicho la A-66, la autovía de la plata que tiene sus antecedentes en la época romana. Enlace wikipedia

Este verano tuve mi reecuentro con la A-66 (Gijón a Sevilla) ahora autovía que nos permite llegar al sur desde el norte en relativo poco tiempo y sin pasar por Madrid. Cuando conducía por ella me vinieron a los recuerdos viejos tiempos en la que tuve que hacerla en varias ocasiones, cuando estuve en la mili en San Fernando (Cádiz) o los viajes de Canarias a Cádiz en barco para luego continuar en coche. Eran viajes largos y en tramos tortuosos, con la temida travesía de Sevilla, temida porque creo que me perdí más de la mitad de las veces, por el temor a los hurtos en pleno viaje, historias que oías al llegar al barco: “paramos en Sevilla un momento y nos rompieron el cristal para llevarnos las cosas….”

Este año según pasaba por los lugares, ahora apenas reconocibles desde la autovía, iba localizando los sitios de la carretera: aquí comimos varias veces, aquí coincidimos con el grupo de moteros, aquí paramos un momento que llegábamos tarde al cuartel, aquí…

Fue una ruta por el tiempo y que también me hizo recordar, por la coincidencia numérica, con la ruta americana que tanta literatura ha dado, y que es otro viaje en el tiempo.